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miércoles, 26 de marzo de 2008

Nuestra Gente



Nuestra gente

Dña. Lucía Hernández


Por Henry Meléndez

Dña. Lucía Hernández nace el 13 de diciembre de 1939. Tiene dos hijos, a los que manifiesta especial cariño diciéndoles constantemente que son sus dos amores. Su esposo murió hace sólo dos años. En vida desempeñó el cargo de presidente del Consejo Parroquial y fue el primer ministro de la eucaristía de la Parroquia San Antonio María Claret.

Lucía es una mujer experimentada en el servicio a la comunidad, dando apoyo de manera ardua al más necesitado, y siempre inspirando a los demás la esperanza de permanecer en el amor a Jesús, por medio de la Virgen María.

Con 21 años de labor desinteresada e ininterrumpida en la Parroquia San Antonio María Claret, ha trabajando en grupos tales como: Pastoral Familiar, Pastoral Juvenil -por 10 años- junto a los Padres Jesús Miguel Castellanos, José “Pepe” Rodríguez y Monseñor Rubén González, actual obispo de la Diócesis de Caguas, en Puerto Rico. Ha colaborado fielmente en la catequesis de confirmación, movimientos de los Seglares Claretianos, equipo de animación litúrgica de la parroquia, etc.

En sus deseos de seguir sirviendo a Dios por medio del constante servicio a su comunidad, actualmente está integrada en el Coro de la Parroquia y coordina en su barriada un grupo de personas, llamado San Antonio María Claret, que se reúne periódicamente para la oración y la fraternidad.

Lucía se atrevería a exhortar a toda la comunidad parroquial de la siguiente manera: “Ante todo, que la familia busque a Dios, porque el que no busca a Dios, no anda bien. En la familia se han perdido muchos valores. Ciertamente que si yo no hubiera conocido a Dios, la vida me hubiera sido muy difícil al perder a mi esposo. Yo pienso que la Iglesia necesita de todos nosotros para salir adelante. Imagínense, cuando mi esposo Rubén falleció, si nosotros no hubiéramos sido buscadores de Dios, y, si no hubiera tenido yo el apoyo del Padre Alexis Díaz y de la comunidad, no seguiría yo siendo quien soy. -- Los jóvenes, al igual que todos nosotros, necesitan a alguien que los oriente, anime y apoye, ya que ellos son los que nos sustituirán en nuestra misión”.

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