Bicentenario de Claret

Claret, Laicismo y escuela

Por JOSÉ ANTONIO ANTÓN VALERO

Durante bastante tiempo se ha considerado que las dificultades para el advenimiento del laicismo a España, ha estado asociado a la influencia que la Iglesia Católica, en concreto, ha tenido en su historia. Para facilitar el breve e incompleto repaso a esta influencia eclesiástica, nos aproximaremos a ella a partir de los inicios de la contemporaneidad española.Sin duda, el poder heredado de la Edad Media, tanto en la propiedad de la tierra, de bienes muebles e inmuebles (a mediados del siglo XVIII una sexta parte de la tierra cultivada le pertenece) como en su influencia ideológica y política, es enorme, especialmente a través del control de la educación. Veamos rápidamente cómo se transformaron estas propiedades.

Desde 1798 hasta 1808, se liquidó una sexta parte de la propiedad rural y urbana que administraba la Iglesia católica en España. Esta primera Desamortización de los bienes eclesiásticos, comprada por burguesía comercial y artesanal y ricos labradores, provocó el descontento del conjunto eclesiástico. Esta acción tuvo su continuación legal en la Constitución de Cádiz, donde se abolieron los derechos feudales, la Inquisición, la tortura, se proclamó la libertad de imprenta, la división provincial y las diputaciones, junto a la venta de bienes de propios, realengos y baldíos de propiedad municipal, se suprimió el voto de Santiago y el impuesto pagado al cabildo compostelano, aunque recogiera la confesionalidad del Estado.

El derecho a la educación queda recogido en la Constitución de 1812, aunque no de forma concreta, ya que una guerra (la de la Independencia contra Napoleón) y una monarquía absolutista (la de Fernando VII) impiden otra cosa. En la Desamortización de Mendizábal entre 1836-1837, se pusieron en venta todos los bienes del clero regular (frailes y monjas) y secular. Habrá que esperar a la Ley de Educación de 1841 para que aparezca un cierto desarrollo. Las revoluciones democráticas de 1848 en Europa la “primavera de los pueblos”, permitieron hacer surgir nuevas fuerzas políticas en España que aspiraban a una democratización real de la vida política entre los que se encontraban demócratas, republicanos y asociaciones obreras.

En la “Corte de los milagros” de 1851, durante el reinado de la borbónica Isabel II, bajo la tutela ideológica del padre Claret y sor Patrocinio, se firma un Concordato con el Vaticano que pone en manos de la Iglesia Católica la educación y que servirá de modelo para futuros Concordatos, no sólo en España sino también en Europa, y que resulta totalmente favorable y donde la educación, la ciencia y la cultura quedan bajo el oscurantismo eclesiástico católico. Sin embargo, la influencia revolucionaria europea se dejará sentir pronto en las movilizaciones populares que abrieron paso al bienio progresista.

Cortesìa de los Misioneros Claretianos en Chile