Costurero Comunitario “San Antonio María Claret”
Por Jairo Antonio Pérez
Los movimientos y grupos de acción pastoral dentro del ámbito parroquial se constituyen de manera efectiva para mantener encendida la llama de una mejor relación con Dios, por medio de la cercanía con los hermanos necesitados; en el aspecto humano, ayudando y retando a la comunidad parroquial para involucrarse en el entorno social de manera más humana y sensible.
Como parte de la acción pastoral de la Parroquia San Antonio María Claret, hace ya muchos años se formó el grupo llamado: Costurero Comunitario “San Antonio María Claret”, que, inspirado por el ejemplo de nuestro Santo Patrón, colabora en la ayuda a los más necesitados. Recorramos brevemente su historia…
Todo comenzó cuando las señoras Mercedes Calderón, Lucía Hernández, Justa Pérez y Juana Montaño participaron en un retiro de Cursillos de Cristiandad, en la ciudad de la Vega. En ese retiro tuvieron una experiencia de encuentro especial con Dios, que fue concretizada el día 8 de mayo de 1988 en la Ciudad de Santo Domingo, en una de sus reuniones ordinarias de oración. En ella se sintieron motivadas a iniciar un proyecto de ayuda a la comunidad, denominado Costurero Comunitario “San Antonio María Claret”.
Este es un grupo de damas filantrópicas de la Comunidad Parroquial de San Antonio María Claret, que hacen las diligencias necesarias para elaborar y confeccionar prendas de vestir con el fin de servir a personas necesitadas de la comunidad; sin ningún interés, sin remuneración económica; sólo recibiendo las oraciones y bendiciones de las personas que se benefician de este servicio misericordioso y desinteresado.
Estas mujeres con gran habilidad manual y gentileza enlazan la oración y la costura, teniendo como valores comunitarios la voluntad, disponibilidad y el servicio. Se reúnen cada miércoles de 3:00 a 5:00 de la tarde. En la actualidad están inscritas diez y ocho damas activas, que bajo la orientación y animación de su coordinadora, María del Pilar Paulino, se esmeran en el salón parroquial en seguir a Jesús -inspiradas por San Antonio María Claret-, haciendo el bien y viviendo a plenitud el servicio a los demás. Todo esto para la mayor gloria de Dios.
En su experiencia y aprendizaje de vida comunitaria, han procurado mantener la solidaridad en grupo, para luego proyectarla a los demás cuando así lo requieran.
Finalmente, ellas se atreven a exhortar a toda la comunidad: “Que nos acompañen poniendo en práctica sus dones en el darse a los demás, viviendo el carisma de Claret, otorgando parte de su tiempo y brindando su experiencia, para satisfacer las necesidades de una comunidad que necesita y espera mucho. Ah, y también apoyando y contribuyendo económicamente en la adquisición de los materiales necesarios para la confección.”
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